miércoles, 22 de mayo de 2013

DOMINIQUE VENNER ¡¡PRESENTE¡¡



Razones de una muerte voluntaria
Me encuentro sano de cuerpo y alma, y estoy lleno de amor hacia mi esposa e hijos. Amo la vida y no espero nada del más allá excepto la perpetuación de mi raza y mi espíritu. Sin embargo en el atardecer de esa vida, delante de inmensos peligros para mi patria francesa y europea, siento el deber de actuar mientras aún tengo fuerzas. Creo necesario sacrificarme para romper la letargia que nos embarga. Ofrezco lo que me queda de vida con la intención de protestar y fundar. Escojo un lugar altamente simbólico, la Catedral de Notre Dame de París que respeto y admiro, fue elevada por el genio de mis antepasados, sobre el lugar de cultos aún más antiguos, recordando nuestros orígenes inmemoriales.
Mientras tantos hombres se hacen esclavos de su vida, mi gesto encarna una ética de la voluntad. Me doy muerte con el fin de despertar las conciencias dormidas. Me alzo contra la fatalidad. Me sublevo contra los venenos del alma y los deseos individuales invasores que destruyen nuestros anclajes identitarios y sobre todo la familia, sociedad íntima de nuestra civilización milenaria. Aunque defiendo la identidad de todos los pueblos en su hogar, me alzó también contra el crimen que intenta remplazar nuestras poblaciones.
Cuando el discurso dominante no puede salir de las ambigüedades tóxicas, les corresponde a los europeos asumir las consecuencias. A falta de poseer una religión identitaria a la que unirnos, hemos compartido desde Homero una memoria propia, deposito de todos los valores sobre los que refundar nuestro futuro renacimiento rompiendo con la metafísica de lo ilimitado, fuente nefasta de todas las derivas modernas.
Pido perdón por adelantado a todos aquellos a los que mi muerte hará sufrir, y ante todo a mi esposa, a mis hijos y nietos, así que a mis amigos y leales. Pero una vez desdibujada la sorpresa del dolor, no dudo que unos y otros comprenderán el sentido de mi gesto y convertirán su pena en orgullo. Deseo que todos se pongan de acuerdo para durar. Encontrarán en mis escritos recientes la prefiguración y explicación de mi gesto.
Para cualquier información, podéis dirigiros a mi editor, Pierre-Guilllaume de Roux. No estaba informado de mi decisión, pero me conoce desde hace largo tiempo.